LaWanda Toney: Bienvenidos al episodio de hoy. Soy LaWanda Toney.
Helen Westmoreland: Y yo soy Helen Westmoreland. Somos sus anfitrionas, y tenemos un episodio muy especial para ustedes el día de hoy. Es difícil creer que un año y medio después de los primeros cierres de las escuelas, aún sigamos hablando del COVID, pero aquí estamos. Es más importante que nunca mantener seguros a nuestros niños, pero a veces puede ser difícil saber exactamente cómo. Yo misma he estado preocupada preguntándome si ponerle una mascarilla a mi hijo de tres años haría alguna diferencia en la escuela, si los otros niños no están usando una también.
LaWanda Toney: Helen, creo que muchos padres tienen preguntas y preocupaciones. Al menos yo las tengo, y por eso me da gusto que hayamos podido aliarnos con los CDC. La National ϳԹha estado trabajando con los CDC para llevar a cabo mesas de discusión y una encuesta nacional con padres de todo el país para entender mejor qué es lo que piensan y cómo se sienten con respecto al inicio de un nuevo año escolar. Al inicio de este mes, la National ϳԹpublicó los hallazgos de este recurso y organizó una asamblea virtual para tratar el regreso a clases. Pueden encontrar los enlaces a todos estos recursos en las notas del episodio de hoy.
Helen Westmoreland: Así es, LaWanda. Estamos muy agradecidos de contar con los CDC como aliados, y el día de hoy nos da particular emoción contar con la presencia de la capitana Erin Sauber-Schatz, experta en orientación comunitaria del equipo de respuesta al COVID-19 de los CDC. Ella está aquí para responder nuestras preguntas.
La capitana Sauber-Schatz comenzó a trabajar en el equipo de respuesta al COVID-19 de los CDC en marzo de 2020. Ella dirigió el grupo operativo de intervención comunitaria y poblaciones de riesgo, el cual redacta los lineamientos para los lugares donde la gente vive, trabaja, aprende y juega. Ha sido coautora de varias guías para escuelas, campamentos, vacaciones, misas y gente con mayor riesgo de enfermedad grave. Su puesto permanente es en prevención de lesiones, pero ha sido asignada para lidiar con emergencias de salud pública, incluyendo múltiples crisis desde terremotos hasta epidemias. Wow, capitana Sauber-Schatz, ¡qué currículum! Muchas gracias por estar con nosotros hoy.
Erin Sauber-Schatz: Muchas gracias por invitarme. Realmente es un honor y una oportunidad maravillosa poder hablar con otros padres sobre el COVID-19 y sobre cómo mantener seguros a nuestros estudiantes, personal y profesores en el aula.
Helen Westmoreland: Genial. Pues tenemos algunas preguntas para usted, pero antes de comenzar, siempre nos gusta conocer un poco más a nuestros invitados. ¿Podría comenzar contándonos un poquito más sobre usted y lo que hace?
Erin Sauber-Schatz: Claro, con mucho gusto. Como mencionaron, soy la capitana Erin Sauber-Schatz,y comencé a estudiar y trabajar en salud pública hace casi 20 años. Tengo una maestría en salud pública y epidemiología, un doctorado en epidemiología y un diplomado en preparación para salud pública y respuesta ante desastres. Entré a los CDC en 2009 como oficial en servicio de inteligencia contra epidemias. A estos oficiales comúnmente los conocen como los detectives de enfermedades en los CDC. También soy capitana en el servicio de salud pública de Estados Unidos, que también es conocido como el Commission Corps.
En los CDC y en otras agencias de servicios humanos y de salud somos profesionales que trabajan en las líneas de combate de la salud pública a lo largo de Estados Unidos. Cuando no estoy trabajando en respuesta ante desastres, trabajo en el centro de lesiones de los CDC. Soy directora del equipo de seguridad en el transporte, y mi equipo trabaja para prevenir lesiones por accidentes automovilísticos, en los que más de 38,000 personas pierden la vida cada año en Estados Unidos y 2.5 millones más sufren lesiones. Además, como ya se mencionó, fui asignada para lidiar con el brote de dengue de 2009 en Key West, el terremoto de 2010 en Haití, la epidemia de ébola de 2014 en África y la epidemia de opioides, y he estado trabajando para enfrentar y detener la pandemia de COVID-19 desde marzo de 2020.
Además de mi trabajo, soy mamá. Tengo un hijo de 12 años que va en séptimo grado y soy esposa. Mi esposo es un gran cocinero, así que él me ha mantenido viva por el último año y medio. También es muy bueno con el trabajo manual. Yo también soy instructora de clavadismo, y al igual que todos ustedes, mi familia ha estado atravesando la pandemia y lidiando con todos los retos del COVID-19.
LaWanda Toney: Wow, todo eso es impresionante. Muchas gracias por compartírnoslo.
Hablemos de los lineamientos de los CDC, capitana Sauber-Schatz. ¿Cuáles son los lineamientos de los CDC para las escuelas, y en qué se distinguen de los lineamientos del año pasado?
Erin Sauber-Schatz: Gracias. Esa es una gran pregunta. De hecho, me gustaría enfocarme en dónde estamos ahora, porque donde estamos ahora en el otoño de 2021 es distinto de donde estábamos en el otoño de 2020, e incluso en la primavera de 2021. Seguimos aprendiendo más sobre lo que funciona en el aula conforme vamos obteniendo más datos, pero también reconocemos que las cosas han cambiado, y que van a seguir cambiando.
Durante la mayor parte del último año escolar no teníamos un vacuna efectiva, y tampoco teníamos la variante Delta. Sin embargo, lo que sí nos dio el último año escolar fue más evidencia sobre lo que funciona para reducir el riesgo de propagación del COVID-19 en las escuelas. Sabemos que las medidas básicas funcionan. Estas incluyen vacunación, uso de mascarilla, distanciamiento físico, ventilación adecuada y, por supuesto, lavado de manos, limpieza continua y programas de detección mediante pruebas. Las pruebas pueden usarse para aislar a quienes den positivo a COVID-19 y poner en cuarentena a quienes hayan estado en contacto cercano con ellos, y eso es lo que realmente nos ayuda a reducir el contagio en las comunidades y las aulas.
Así que realmente fue la combinación de todas estas estrategias de prevención lo que mantuvo las escuelas seguras y la transmisión baja el año pasado. También me gustaría enfatizar que la escuelas se han enfrentado a retos inmensos desde el inicio de esta pandemia. Han tenido que averiguar cuáles son las mejores opciones que pueden ofrecerles a las familias, tales como aprendizaje virtual, presencial o híbrido. Y también han tenido que hacer ajustes continuos durante todo el año escolar, siempre con los mejores intereses de los estudiantes, los profesores, el personal y la comunidad como prioridad. Pero me parece que este año es más difícil y con aún más retos por varias razones.
En primer lugar, la cantidad de información falsa que está circulando. En segundo lugar, la realidad de lo que hemos experimentado con la variante Delta, y en tercer lugar, el bajo nivel de vacunación en ciertos estados y comunidades. A lo largo de la pandemia, los CDC han sugerido a las escuelas que se anticipen y se preparen para casos de COVID-19 en sus escuelas y aulas, que implementen estrategias de prevención y que detecten rápidamente los casos a través de pruebas, y que después aíslen en casa a quienes salgan positivos y pongan en cuarentena a los contactos cercanos, lo que previene la propagación del virus en la escuela. Las estrategias de prevención pueden disminuir el riesgo para una gran cantidad de estudiantes, profesores y familias.
Me gustaría dar un ejemplo basado en lo que hemos aprendido en las investigaciones en las aulas. Imaginen que un aula tiene un estudiante con COVID-19. Esta escuela quiere determinar qué otros estudiantes son considerados contactos cercanos. De acuerdo con la definición actual de los CDC, un estudiante no es un contacto cercano si estuvo al menos a tres pies de distancia del estudiante con COVID-19 y si ambos estudiantes estaban usando correcta y consistentemente una mascarilla bien ajustada en ese momento. Entonces, lo que esto significa es que si una escuela exige el uso de mascarilla, que es lo que recomiendan los CDC, y mantiene a los estudiantes a al menos tres pies de distancia unos de otros, están protegiendo a los estudiantes y favoreciendo el aprendizaje presencial. Sin el uso de mascarillas, el número de niños que tendrían que entrar en cuarentena cuando hubiera un caso de COVID-19 en la escuela sería mucho mayor, y por lo tanto, afectaría a más estudiantes, aulas y familias.
El año escolar 2021-2022 comenzó hace poco, y ya ha habido muchos casos de COVID-19 en las escuelas. Por lo tanto, muchos niños han sido puestos en cuarentena por dos semanas tras haber estado expuestos a estos casos. Estos contactos sin mascarillas ni distanciamiento sacan a los niños de las aulas y los ponen a ellos y a sus familias en riesgo de COVID-19. Así que el uso universal y adecuado de mascarillas no solo previene que tu hijo se contagie de COVID-19, sino que también permite que se quede en el aula si es que hay un caso de COVID-19 en la escuela o en el aula.
También quiero hablar de nuestras recomendaciones respecto a la vacunación. Las vacunas son la principal estrategia de prevención de salud pública para terminar con la pandemia de COVID-19. Promover la vacunación puede ayudar a que las escuelas regresen con seguridad al aprendizaje presencial, así como a las actividades extracurriculares y deportivas. Nuestra limitación con la vacuna es que para el inicio del año escolar 2021-2022, la vacuna sigue estando disponible solo para personas de 12 años o más. Además, las cifras de vacunación son bajas en algunos estados y comunidades, lo que aumenta el riesgo de propagación del COVID-19, especialmente con la variante Delta, que ya sabemos que es mucho más transmisible. Uno de los beneficios de estar vacunado, además de que reduce drásticamente la probabilidad de enfermarse gravemente, ser hospitalizado o morir por COVID-19, es que favorece el aprendizaje presencial.
Los estudiantes, profesores y trabajadores vacunados pueden seguir participando en el aprendizaje presencial y en las actividades extracurriculares si estuvieron en contacto con alguien con COVID-19. Pero sí recomendamos que se hagan una prueba de tres a cinco días después de haber sido expuestos, y como ya estamos recomendando, que usen correctamente la mascarilla en la escuela. Sabemos que aproximadamente 169 millones de personas han sido vacunadas contra el COVID-19 en Estados Unidos, y se ha demostrado que la vacuna reduce el riesgo de hospitalización, enfermedad grave y muerte por COVID-19.
Ya que muchas escuelas tienen alumnos de menos de 12 años, quienes todavía no pueden ser vacunados, los lineamientos de los CDC enfatizan la implementación de las medidas básicas de prevención que mencioné anteriormente. Ya hablé de las mascarillas y la vacunación, pero otra estrategia que es esencial para reducir la transmisión del COVID-19 es la ventilación.
La ventilación es una estrategia de prevención muy importante. Siempre procuro señalar que usar una mascarilla multicapa bien ajustada previene que las partículas del virus se expulsen al aire o que sean inhaladas por la persona que usa la mascarilla. Pero más allá del uso de mascarilla, una buena ventilación puede reducir el número de partículas de virus en el aire y disminuir la probabilidad de que se transmita la enfermedad. Los CDC tienen una página web sobre ventilación en edificios con mucha información sobre como mejorar la ventilación. También tenemos una página sobre ventilación en escuelas y estancias infantiles, pero uno de los puntos más importantes que pueden encontrar en las páginas es traer la mayor cantidad posible de aire del exterior, y esto también puede hacerse en casa.
Asegúrense de que los sistemas de ventilación, calefacción y aire acondicionado estén configurados para la máxima ventilación, filtren y limpien el aire en la escuela, usen extractores en baños y cocinas para sacar el aire viejo e introducir aire nuevo. Abran las ventanas en vehículos de transporte como autobuses y camionetas cuando sea seguro hacerlo. Y también recomendamos que la hora del recreo, que es cuando los estudiantes se quitan la mascarilla para comer, se lleve a cabo al exterior, donde hay ventilación natural que puede ayudar a reducir la transmisión.
Aunque gran parte de la evidencia que tenemos sobre la transmisión en las escuelas es de antes de la variante Delta, las medidas básicas de prevención han funcionado incluso contra la Delta. Los CDC se encuentran analizando los datos para el año escolar en curso. Y como siempre, vamos a modificar los lineamientos si la evidencia indica que se necesitan cambios.
Helen Westmoreland: Muchísimas gracias, capitana Sauber-Schatz, por esa información tan detallada. De hecho, yo misma visité la página de los CDC hace un par de semanas para buscar algunas de estas respuestas. Así que invito a nuestros oyentes a que también la visiten para más información.
Usted lo acaba de mencionar, y muchos padres tienen curiosidad sobre los cambios en los lineamientos. ¿Podría compartirnos cómo y por qué cambiaron los lineamientos, y cuál es la mejor manera para que los padres se mantengan actualizados?
Erin Sauber-Schatz: Por supuesto. Me gustaría comenzar señalando que nuestras recomendaciones han cambiado a lo largo del tiempo, y la razón es sencilla. El virus ha cambiado, y seguimos aprendiendo más y más sobre el COVID-19 y cómo las variantes afectan a la población. Apenas ha pasado poco más de un año y medio desde que escuchamos por primera vez sobre el virus que causa el COVID-19. Todos los días aprendemos más con nuevos estudios que nos dan más información, más detalles y, en algunos casos, más preguntas para responder.
Así que sí, nuestras recomendaciones han cambiado, y van a seguir cambiando conforme aprendamos más, o si el virus vuelve a cambiar. Debemos adaptar nuestras recomendaciones para asegurar que estemos alineados con la situación actual, con la evidencia actual y con lo que hemos aprendido sobre qué ha funcionado y qué no. Quiero destacar que en el momento en que publicamos nuestros últimos lineamientos en julio, solo el 13% de los condados en Estados Unidos tenían altos niveles de transmisión comunitaria. Chequé hoy (27 de agosto) y tenemos 92% de los condados con altos niveles de transmisión.
Helen: Wow.
Erin Sauber-Schatz: Entonces repito, la situación con la pandemia sigue cambiando, así que conforme aprendamos más, conforme monitoreemos los datos, haremos cambios cuando sea necesario. Y también quisiera decir que cuando hablo de “nosotros”, no solo estoy hablando de los CDC. Estoy hablando de investigadores, científicos y profesionales de la salud de todo el mundo. Esto es una pandemia porque está afectando e infectando al mundo entero, no solo a Estados Unidos, por supuesto. Todos estamos aprendiendo de todos con la misma meta de terminar con la pandemia de COVID-19. Necesitamos que todos pongan de su parte para hacer que esto suceda, y necesitamos combatir la información falsa. La información falsa dificulta muchísimo más terminar con la pandemia.
La información falsa sobre la seguridad de las vacunas, por ejemplo, o sobre la efectividad de las mascarillas, nos está frenando y literalmente está arriesgando vidas. Repito, la ciencia respalda nuestras recomendaciones. En la página web de los CDC pueden leer un resumen de las fuentes y consultar la evidencia científica que sustenta nuestras recomendaciones. Mientras tanto, habrá más hospitalizaciones y más muertes. Y eso es desgarrador para todos los que estamos intentando salvar vidas y que trabajamos 24/7 para terminar con esta pandemia.
Así que la mejor manera de mantenerse actualizados es leyendo los lineamientos de los CDC y nuestros reportes científicos. Y cuando escuchen que los CDC han actualizado sus recomendaciones, no dependan de los encabezados para saber en qué consisten los lineamientos.
Como ejemplo está el reporte científico para las escuelas K12, que es un resumen de más de cien artículos sobre transmisión en las escuelas, y el reporte científico sobre las vacunas, que es un resumen de 186 artículos científicos. Cada reporte incluye una lista de referencias para que puedan leer más si así lo desean. También consulten las páginas web de sus departamentos de salud locales y estatales. Los CDC trabajan directamente con los departamentos de salud pública locales, estatales y territoriales. Son algunos de nuestros muchos aliados esenciales en esta lucha. Además de nuestras páginas web, escuchen nuestros webinars y podcasts como este, y siempre pueden buscar información de los CDC y ponerse en contacto con los CDC para que podamos responder sus preguntas. Y créanme, eso es algo que hemos seguido haciendo sin importar lo grande o pequeña que sea la pregunta. Tenemos gente lista esperando las preguntas para poder responderlas.
LaWanda Toney: Eso es genial. Es súper importante compartir esos recursos y tenerlos disponibles para las familias. ¿Cómo pueden aliarse las familias con las escuelas para facilitarles la transición a los estudiantes y los maestros?
Erin Sauber-Schatz: Claro. Realmente quiero reconocer que en este momento, las emociones están a tope en muchos lugares del país. Todos estamos de acuerdo con que las escuelas son una parte importante de la infraestructura de las comunidades. Los CDC comparten el objetivo de reabrir las escuelas con la mayor seguridad posible este otoño, y de mantenerlas abiertas. Hemos aprendido durante la pandemia de COVID-19 que una reducción en el acceso a la educación presencial está asociada con malos resultados de aprendizaje y efectos negativos en la conducta y la salud mental de los niños. Más niños que asisten a la escuela en persona aprenden mejor y reportan menos problemas de salud mental.
Las familias también pueden aliarse con las escuelas para facilitarles la transición a los estudiantes y los maestros promoviendo las recomendaciones de salud pública que hacen más seguras las escuelas para todos, y manteniendo a los niños en ambientes de educación presencial, así como participando en actividades extracurriculares, incluyendo deportes, música, teatro, coro o las que se les ocurran. Queremos que las vidas de nuestros niños vuelvan a la normalidad lo más pronto posible, y cuando promovemos las estrategias de prevención de nuestras escuelas, ayudamos a mantener a las escuelas y a los niños seguros, y ayudamos a mantenerlos en el aula.
Estas estrategias incluyen el uso de mascarilla en interiores, distanciamiento físico, filtros de salud, pruebas, ventilación, lavado de manos, quedarse en casa y realizarse una prueba cuando se esté enfermo, rastreo de contactos en combinación con cuarentena y aislamiento, y desinfección y limpieza constante cuando sea necesario.
Otras cosas que las familias pueden hacer es promover las conductas de prevención relacionadas dando el ejemplo y explicando cómo prácticas como la vacunación, el lavado de manos, el distanciamiento, el uso de mascarilla y la cuarentena pueden ayudarnos a detener o prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas. Como padres, también podemos ofrecer apoyo emocional, el cual juega un papel muy importante para ayudar a los niños y jóvenes a entender lo que han escuchado sobre el COVID-19. Yo misma he tenido que hablar honestamente con mi hijo para ver cómo se siente y cómo está reaccionando a todo esto.
Así que deberíamos alentar a nuestros niños a compartir sus preocupaciones con adultos de confianza. También es importante poner recursos sobre salud mental y bienestar al alcance de los estudiantes. Va a ser esencial para que los niños se recuperen del trauma de la pandemia de COVID-19. Demasiadas familias han perdido a un ser querido. Nosotros como padres podemos promover una fuerte conexión con la escuela y la familia para contrarrestar las experiencias negativas.
Helen Westmoreland: Muchas gracias. Usted ya mencionó un par, pero me gustaría retomar esto un poco porque hay mucho que podemos hacer los padres en casa. ¿Qué hábitos deberían inculcar los padres en sus hijos para promover un regreso seguro?
Erin Sauber-Schatz: Claro, esa es una pregunta importante. Y realmente creo que ayudar a nuestros niños comienza por nosotros como padres. Tenemos que dar el ejemplo con conductas que demuestren que nos preocupamos por nuestra propia seguridad y salud. Por ejemplo, vacunarnos y usar la mascarilla correctamente. Entonces podemos ayudar a nuestros niños a entender cómo sus comportamientos pueden influir en la transmisión de la infección a nuestras familias, amigos y comunidades. Más allá de la enfermedad, el bienestar social, emocional y mental de nuestros niños ha sufrido un impacto directo. Hablen con sus hijos, recuérdenles los pasos que su familia está tomando para protegerse los unos a los otros, cuídense lo más posible y enfaticen que está bien sentirse molesto, asustado o incierto. Todos estamos pasando por eso en la pandemia. Compártanles a sus hijos sus maneras de lidiar con su propio estrés para que puedan aprender de ustedes. Y si ustedes mismos no se encuentran bien, busquen ayuda. Hay muchos recursos gratis disponibles. Nuestro sitio web de los CDC ofrece muchos recursos, como el kit de recursos de COVID-19 para padres, que pretende ayudarlos a lidiar con el COVID-19 con calma y confianza para ofrecerles a sus hijos la mejor ayuda.
Por último, quiero reiterar que aunque han ocurrido brotes de COVID-19 en instalaciones escolares, diversos estudios han demostrado que cuando se implementan múltiples estrategias de prevención, los niveles de transmisión en la escuela son menores o similares a los niveles de transmisión comunitaria.
Helen Westmoreland: Muchísimas gracias. Me siento mucho más informada, lo cual siempre ayuda porque son épocas muy estresantes. Muchas gracias por acompañarnos.
Erin Sauber-Schatz: Gracias por invitarme. Fue un placer hablar con ustedes hoy. Por favor cuídense mucho.
Helen Westmoreland:Pues esta conversación me puso a pensar un poco en cómo hablamos con nuestros niños sobre lo que está pasando y sobre toda esta discusión sobre la reapertura. ¿Cómo ha sido eso en tu casa, LaWanda?
LaWanda Toney: Caleb está muy emocionado por comenzar con la escuela, pero también he tenido que nivelarlo un poco porque necesito que sea flexible en caso de que haya alguien con COVID y que la escuela tenga que cerrar, o de que tenga que ponerlo en cuarentena por 14 días como sugieren los lineamientos de los CDC. Así que quiero que esté emocionado por la escuela, pero también quiero que tenga expectativas realistas de lo que podría pasar. Sí hemos estado teniendo esos tipos de conversaciones. ¿Y tú?
Helen Westmoreland: Pues para nosotros ha sido un poco más difícil porque Mary Eva no está en una escuela K12, sino en una guardería normal. Ahí no están exigiendo vacunas para los adultos y no están pidiendo que los niños usen mascarilla. Y ha sido difícil porque, ya sabes, los niños de tres años son como cubetas de gérmenes. Por ahora no la vamos a mandar de regreso a la guardería la próxima semana porque es demasiado. Es demasiado.
LaWanda Toney: Claro, hay que elegir. O sea, creo que todos tienen que ser flexibles y decidir qué es lo mejor para uno y tomar esas decisiones. Yo lo entiendo completamente. En el caso de Caleb, me da gusto que haya podido volver a la escuela el año pasado, la última parte del año, dos veces a la semana. Eso lo preparó, y entonces no es tan sorprendente tener que usar la mascarilla todo el día. Me parece que van a estar bien.
Helen Westmoreland: Sí, los niños se acostumbran a esas cosas.
Helen Westmoreland: A nuestros oyentes, muchas gracias a ustedes también por acompañarnos. Además del trabajo que mencionó LaWanda al inicio del episodio, los CDC también están apoyando a la ϳԹy desarrollando herramientas adicionales como parte de nuestra iniciativa Healthy Minds, cuyo objetivo es ayudar a las familias y priorizar una visión proactiva y holística de la salud mental.
Pueden visitar www.pta.org/healthyminds para conocer más. Gracias por escucharnos, y nos vemos en la próxima.
LaWanda Toney: Este podcast fue grabado por la National ϳԹcon el apoyo de la CDC Foundation mediante financiamiento otorgado por los Centers for Disease Control and Prevention. Las opiniones expresadas en este podcast pertenecen a sus autores y no reflejan la postura de los CDC, del Departamento de Salud y Servicios Humanos o del Gobierno de Estados Unidos.